La historia de Mdina se remonta a hace más de 4000 años. La ciudad ha tenido diferentes nombre y títulos dependiendo de sus gobernantes y su papel, pero su nombre medieval es el que mejor la describe: «Città Notabile», la ciudad noble. Tanto entonces como ahora, fue el hogar de las familias nobles de Malta, algunas de las cuales descendían de los señores normandos, sicilianos y españoles que hicieron de Mdina su hogar a partir del siglo XII. Además, sus calles empedradas, estrechas y sombreadas están bordeadas por palacios impresionantes. Mdina, extraordinaria por su combinación de arquitectura medieval y barroca, es uno de los mejores ejemplos de Europa de ciudad antigua amurallada. En esta ciudad fortificada, situada en una colina en mitad de la isla de Malta, es como si el tiempo se hubiera parado.

Hagar Qim es un complejo de templos megalítico situado en el borde meridional de la isla de Malta y que data de la Fase Ġgantija (entre el 3600 y 3200 a.C). Los templos megalíticos de Malta están entre los lugares religiosos más antiguos de la Tierra, que el Comité del Patrimonio de la Humanidad describió como «obras de arte únicas de la arquitectura». En 1992, la Unesco reconoció Hagar Qim y otras cuatro estructuras megalíticas de Malta como Patrimonio de la Humanidad.

El parque marino Cirkewwa, ubicado en la costa noroeste de Malta, es un entorno puro y único y el primer parque marino del país. 

Cirkewwa es uno de los lugares para hacer buceo más visitado de las islas maltesas y el entorno se adapta a la experiencia de los buceadores de todos los niveles: desde inmersiones fáciles a poca profundidad hasta otras más avanzadas en dos pecios profundos, arcos naturales de gran belleza y un arrecife de pared con varios túneles y cuevas por los que podrán nadar los buceadores especializados. 

La espléndida Blue Grotto o Cueva Azul es un milagro natural. Se trata de una red de seis cuevas que presume de tener la vistas y aguas cristalinas más espectaculares que pueden ofrecer las islas maltesas. Esta atracción natural, ubicada en la idílica costa meridional, es una de las más populares de Malta.

Además, la visibilidad dentro de las cuevas es inigualable, gracias a sus aguas azules de una transparencia excepcional, resultado de la composición química única de sus minerales. Si se visita con tiempo soleado, se puede ver el reflejo mágico de los tonos rosas, naranjas, turquesas y verdes del agua en las paredes calizas de las cuevas. Dichas cavidades, al contemplarse desde los acantilados, aparecen enmarcadas en un majestuoso arco que junto a las vistas despejadas de la isla de Filfla conforman un paraje realmente digno de observar.

Comino, la isla más pequeña que se sitúa entre Malta y Gozo, es el paraíso de buceadores, submarinistas, windsurfistas y excursionistas. Esta isla, de tan solo 3,5 kilómetros cuadrados, no tiene coches y, aparte de un hotel, está prácticamente deshabitada. La principal atracción es la Laguna Azul, una ensenada protegida que está bañada por aguas de color turquesa y con arena blanca.  No obstante, también merece la pena visitar Comino en invierno, porque resulta ideal para quienes adoran caminar y la fotografía.